Ayer hice un experimento Social. Y es que yo aunque me suelo exponer mucho en redes Sociales no suelo salir. No me gusta salir. Prefiero sacar fotografías de paisajes.

El experimento

Así que decidí usando las Stories de Instagram hacer como si fuera una influencer cualquiera. En este caso un pseudo influencer.

Y es que estas chicas y estos chicos (que hay de todo) terminando contando su vida con historias de Instagram así que yo en plan mofa total pues hice lo mismo. Conté todo mi día como si fuera una influencer.

La verdad es que el experimento fue divertido. Eso sí. No os podéis imaginar lo cansado que es ser influencer. Estar todo el rato atento a ver que grabas. A ver que subes. Que si foto lifestyle, que si vídeo en sitio molón (pero el café me lo pagaba yo). Que si ahora voy a la compra, que si ahora hago publicidad. En mi caso era un zasca a una marca de aquí. Lo que os digo un cansancio de la leche esto del experimento social.

El día de la felicidad

Además me enteré después que era el día de la felicidad y como todo era en plan mofa pues reconozco que me reí mucho haciendo las fotos y los vídeos y pensando que poner.

Y no solo eso sino que mucha gente me escribió diciendo que se había reído mucho así que lo que quería hacer con el experimento social se cumplió.

En vista de la acogida creo que habrá versión 2.0. Ya estoy pensando en nuevas cosas y nuevos retos que hacer. Como buen influencer se me olvidó poner el outfit del día. Pintarme los morros (en ese caso lo haré con cacao que luego hay que salir a la calle) y darle una vuelta a esa vida tan perfecta que después no lo es tanto.

Aquí os dejo mi cuenta de Instagram para que esteis atentos/as y no os perdáis el regreso del pseudoinfluencer volumen 2 : Instagram

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